Y bien, la tanda de colecciones para el próximo invierno ha llegado a su fin en la ciudad de la luz, dando término a un mes de incontables presentaciones con propuestas y mensajes que se concentran en reinterpretar los estilos que hicieron historia el siglo anterior.
Los amantes de la estética que impuso Saint Laurent a lo largo de sus cuarenta años de carrera se encontrarán con una agradable sorpresa la próxima temporada, ya que sirvió como referencia y punto de partida en varias de las más importantes colecciones a lo largo de la semana, siendo absolutamente evidente en la propuesta de Giambattista Valli, inspirada en la colección rusa del maestro y en el sin fin de reinterpretaciones de su máximo legado, el smoking, donde destacan las propuestas de Nicolas Ghesquière para Balenciaga, quien sabiamente optó por mezclar la rigidez de la sastrería con la fluidez de los drapeados, creando una silueta novedosa y por sobre todo ultra chic!
Como era de suponer, los ochentas, la década estrella esta temporada, sirvió como influencia y punto de partida en la gran mayoría de las presentaciones, los íconos que dejaron huella en ese entonces brillaron desde el primer día en la colección de Balmain, donde Christophe Decarmin perpetúo el legado de Gianni Versace con propuestas destinadas a aquellas que viven holgadamente y se pueden permitir gastar grandes sumas de dinero en microscópicos vestidos completamente bordados con cristal y que de vez en cuando cubren sus piernas con pantalones harem y en la propuesta del belga Olivier Theyskens para Nina Ricci, donde Claude Montana y Thierry Mugler fueron homenajeados en la que podría ser la última presentación del diseñador para esta firma.
Gaultier optó por recordar la estética de dinastía, en una colección de corte fetichista, pelea de divas incluida al final del desfile y Mcqueen a Leigh Bowery (artista, diseñador, modelo y actor australiano basado en Londres, considerado una de las más potentes influencias de los círculos creativos de la época), en una colección llena del drama que hace de sus shows uno de los más esperados del calendario.
Si sientes que los ochentas están demasiado recientes como para recordarlos, las propuestas de Alber Elbas y Galliano son lo tuyo, el primero optó por ir al corazón de la tendencia para Lanvin, en una colección enfocada hacia los cuarenta, donde destacaron abrigos y chaquetas al sesgo y estolas de zorro en un look que aunque suena a añejo fue trabajado de tal forma que se convirtió inmediatamente en un clásico imprescindible.
John Galliano por su parte optó por el escapismo y se concentró en los temas que se le dan mejor, para Dior nos ofreció un toque de orientalismo vía Paul Poiret con estampados Ikat y una explosión de color que no viene mal como respuesta a la oscuridad reinante y para su propia línea nos deleitó con trajes y vestidos inspirados en vírgenes ucranianas y campesinas rusas que desfilaron en altísimas plataformas a lo largo de un túnel alumbrado con un láser verde y una tormenta de nieve.
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